miércoles, 26 de noviembre de 2008

Lunes 6 de octubre de 2008

16:04

Pasé toda la mañana de hoy con Leo, y literalmente toda la mañana. Se supone que lo vería a las 7:30 en la Alameda, pero me quedé dormido. Y empieza mi clase de Semiótica, continuaré cuando acabe.

Domingo 5 de octubre de 2008

13:11

Finalmente vuelvo tras varios días de desaparecido. La verdad es que he estado tan ocupado con mis parciales que no he tenido tiempo de dedicarme a esto aunque quiera. Tengo tantas cosas qué comentar, y aún debo terminar la historia de Alexis.

Como decía, Alexis sí fue alguien muy importante para mí. Fue el primero de mis novios con el que decidí llevar el aspecto sexual a un ritmo más tranquilo. Por primera vez en mi vida consideré realmente en esperar más tiempo antes de llegar al acto sexual. Quería que con él las cosas fuesesn diferentes, más estables, mejores. Y con esa ilusión me lancé a andar con él. Aunque sí llegamos a fajar las dos veces que fue a Querétaro, quise llevarme todo tranquilo y me controlé para que las cosas no avanzaran más. Ni siquiera perdimos toda la ropa, ya que me preocupaba intimidarlo, ponerlo nervioso o molesto por ello. Quería que confiara en mí. Cuando cortamos, mis ilusiones se fueron y regresé un poco a ser el de antes. Pero nunca logré decirle bien todo lo que quería.

Luego, el 30, justo cuando empecé a contar todo esto, pasó algo que nunca me hubiera imaginado. Alexis me mandó un mensaje a mi celular donde decía que a un año de lo nuestro no podía dejar de pensar en mí y que había sido un tonto y egoísta al perderme. Como lo dije el 30, era lo que quería oír pero no cuando quería oírlo. Comenzamos a hablar por mensajes y aproveché para decirle cosas que me guardé mucho tiempo. La verdad es que fue una plática fuerte que trajo recuerdos y sentimientos guardados. Para ser honesto, yo también pensé en él varias veces a lo largo de este años. Si tan sólo me hubiese dicho esto en las vacaciones o habiendo yo regresado a Querétaro en los primeros días, supongo que hubiese caído y hasta vuelto con él. Al final de la conversación me dejó en claro que me extrañaba y que le encantaría volver conmigo, y me dejó pensando en que todavía lo quiero. Si bien no como en ese entonces, aún lo quiero. Y pensé también en lo que podría pasar más adelante, si acaso un día volviéramos. Ahora soy feliz con Leo y lo quiero mucho, pero la vida me ha enseñado que no debo ilusionarme y pensar tanto a futuro con alguien. Ahorita Leo y yo somos felices juntos, aunque quién sabe en unos cuatro meses. Yo quisiera que sí, pero que sea lo que tenga que ser.

Hablando de Leo, me hicieron notar que no he contado cómo fue que empezamos a andar. Sí, la verdad es que entre una cosa y otra lo olvidé por completo. Sabrán ya que le compré las flores, le hice una carta y le di el vale. Pues salí el 25 por él cerca de las doce, para llegar a tiempo a la escuela. Pero a la mitad del camino me habla y me dice que estaba en el IMSS y que si mejor pasaba por él al centro. Me era imposible decirle que no, así que me bajé en Plaza las Américas y de ahí caminé al centro; lo bueno que me avisó a tiempo, si no, me hubiera costado mucho trabajo regresar al centro. Así que caminé, dándome prisa con mi ramo y tratando de que el celofán de las flores no se doblara mucho con todo el vieno que hacía.

Finalmente llegué a Plaza de Armas, donde había quedado de verlo, y le hablé para decirle que dejara sus cosas por un lado y cerrara los ojos (yo veía dónde estaba, pero él no me veía a mí). Llegué entonces donde él y le puse las flores en la mano, ya con el vale y la carta en ellas. No olvidaré su cara de felicidad al abrir los ojos y ver las flores frente a él. Se lanzó de inmediato a darme un beso antes siquiera de fijarse bien en lo que llevaban las flores. Cuando se lo hice notar y leyó bien el vale, no lo pensó ni un segundo antes de lanzarse a besarme nuevamente. Realmente estaba feliz, y yo también.

De ahí lo acompañé a su casa, mientras me contaba la historia de su mamá (la cual mencionaré más adelante) y me decía que también por eso, y por tener que estudiar, no iría a su clase de ballet. Yo pienso que también había otra razón, pero es lindo quedarse con la otra idea. Llegamos y me pasó, presentándome como a un amigo de la escuela a su abuelita que estaba ahí. Mientras ella se iba, sacó y calentó comida para los dos y puso la mesa. Pero cuando ella se fue, me subió con la excusa de mostrarme su cuarto. Y una vez arriba, entre beso y abrazo y demás... bueno, no entraté en detalles al respecto. Sin embargo, no pasóde un fale (él no lo hará todavía conmigo hasta que lo nuestro no sea más fuerte), así que tampoco es algo tan serio. Y así estuvimos un rato, hasta que tocaron sus tíos. Nos arreglamos rápido y bajó a ver; afortunadamente no entraron y no pasó nada. Mejor aún, que al poco que tocó su hermana ya estábamos decentes, así que no hubo problemas de nada.

Comimos (tuvimos que recalentar la comida), y de ahí nos fuimos a tomar el camión al IMSS, donde lo dejé para que fuera a ver a su mamá. Casi nos ven sus abuelitos ahí afuera, pero por suerte pasaron en un momento en el que ninguno de los dos hacía algo que pudiera delatarnos. Lo dejé a la entrada del edificio y regresé a mi cuarto, feliz de ese tiempo con él y de que a partir de ese día éramos ya novios oficialmente.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Miércoles 1° de octubre de 2008

17:40

Duramos mes y medio, donde todos los fines de semana invariablemente iba a Celaya sólo por verlo. Buscaba siempre poder irme temprano y con algún amigo para pasar a verlo al hospital (estudió enfermería y estaba haciendo su internado) antes de llegar yo a mi casa. Si podía le hablaba entre semana, o en su defecto le mandaba mensajes para mantener la comunicación. Realmente estaba empezando a enamorarme de él, pensaba en él prácticamente todo el día y sólo esperaba el fin de semana para verlo.

Sin embargo, las cosas cambiaron de repente durante septiembre, el último medio mes. Ya no me hablaba, a veces no me contestaba, y evadía salir conmigo usando cualquier excusa. La verdad, me dolió, y mucho. Yo no esperaba que pasara algo así, y me sentí realmente triste por lo que pasó. Al final, al no poder estar con él y notando su frialdad, tuve que hacerle frente por teléfono (si me esperaba a verlo quizá hubiera tardado mucho) y pedirle que me aclarara las cosas. Excusando que tenía que hacer frente al hospital, terminamos cortando el 15 de septiembre en la madrugada.

Si las cosas hubiesen sido diferentes... Si pusiera a mis novios en una lista de cariño, Alexis sería el cuarto (exceptuando a Leo, que aún no puedo ubicar). Realmente fue más importante para mí de lo que parece.