viernes, 31 de octubre de 2008

Martes 30 de septiembre de 2008

11:45

Debería reorganizarme para la escuela. Es sorprendente que el trabajo de todo un parcial pueda destruirlo en tan sólo semana y media de no hacer nada. Estoy al límite de faltas en la mitad de mis materias, no he entregado ningún trabajo este parcial, no he leído nada... De verdad estoy decayendo una vez más. Sé que no debería actuar así, pero me ganan la flojera, desidia, y otros factores, y termino cayendo nuevamente en mi error.

Por otro lado, he mejorado en comparación con los semestres pasados, (especialmente hace un año), y ahora siento que a pesar de todo estoy haciendo un buen trabajo. Claro, podría hacer uno mucho mejor. Y como parte de eso, regreso a prestar atención a clase.


19:45

¡Madre Santísima del Perpetuo Socorro del Santo Niño de Atocha, Amén! ¿Y qué se hace ahora?


21:56

¿Qué haces cuando una persona que quisiste te deja y un año después regresa a decir que te extraña? Es algo demasiado complicado para lidiar con ello así de la nada. Es lo que quería oír, pero no cuando lo quería.

Ésta es la historia de Alexis, el octavo de mis novios. La historia con él fue bonita desde el inicio, más digna de un texto literario o una seria que la de la mayoría de mis novios. A él lo conocí hace poco más de un año, en un café de Celaya que estaba cerca de la casa donde vivía en ese entonces. Había ido yo con mi hermana y su novio de ese entonces porque esa era la condición para que la dejaran quedarse a ver el fútbol (era el partido México vs. Argentina).

Haciendo paréntesis en la historia, ahora recuerdo que mi horóscopo de septiembre decía que recuperaría el amor de alguien que no creería que volvería. Al inicio pensaba en Javi, pero pasó lo de Luis y lo descarté. El 1° de septiembre me dijeron que Chucho quería volver conmigo y no contaba con eso, pero al parecer no era verdad. Y ahora, el último día del mes, a unas horas de que empiece octubre, aparece Alexis con esto. Reitero, los horóscopos nunca son como uno piensaque serán (si se cree en ellos), sino que cumplirán su palabra de la forma menos esperada.

Regresando a la historia, estaba yo esa noche en el café con mi hermana y su novio, solo y aburrido. Por un lado, ellos estaban en su mundo, por otro, no tenía ningún interés en el partido. Mas al no haber nada más qué hacer pues me puse a ver la tele, la cual por cierto estaba atrás de mí así que tuve que girarme. En esa posición podía ver la mesa del lado derecho, donde en algún momento noté que un chavo me veía, muy fijamente. Eso me llamó la atención y me asustó un poco al inicio, pues no volteaba disimuladamente como hacen otros, sino que mantenía la vista fija en mí y nada más. De vez en cuando devolvía la mirada, pero casi siempre de soslayo, ya que me ponía nervioso su mirada tan fija. Entre eso y que mi hermana y May no me hacían caso, pasé prácticamente toda la velada viendo el fut. A la hora de irnos, volteé a ver al chavo una última vez y alcancé a esbozar una leve sonrisa, tímida.

Todo esto fue un miércoles. El lunes siguiente iba yo por la Avenida de Las Fuenres, como a dos cuadras de mi casa, cuando pasó un auto. Y, ¡oh sorpresa!, Alexis iba en el auto, en el asiento de atrás. Se volteó para verme, en lo que me perdía de vista. Fue bastante gracioso, y sí me reí del hecho. Pero las cosas no se quedaron ahí. Al siguiente miércoles, exactamente una semana después de haberlo conocido, lo volví a ver nuevamente sobre Las Fuentes. Ese día volvía del Oxxo con mi hermana y su novio, y como a 3 ó 4 cuadras de la casa, cerca del café donde lo conocí, lo volví a ver. Estaba sentdo en la esquina, esperando el camión. Como no estaba seguro de que fuese él me le quedé viendo fijamente, hasta que captó mi mirada y se levantó a seguirnos. Lo primero que hice fue desviar la mirada y decirle a mi hermana. La verdad estaba nervioso porque no sabía qué hacer. Cuando dimos vuelta en mi calle vi que cruzó la acera, así que disminuí el paso y saqué mi celular para fingir mientras lo esperaba.

Al final llegó, me saludó y comenzamos la plática. ese día sólo terminamos dándonos nuestro celular, pero de ahí se inició la relación. Iba a verme seguido a la casa y nos quedábamos en la calle o en la cochera platicando, de vez en cuando llegó a entrar. Salíamos seguido, me presentó a su prima y a su hermano, le presenté a mi hermana y se llevaron muy bien. Incluso a mis papás les caía bien y lo trataban bien cuando iba a verme, cosa que no había pasado antes con otro novio (los casos anteriores eran mera formalidad). Debo admitir que todo eso me hacía muy feliz, y yo estaba fascinado con lo que pasaba. Y así, tras dos semanas de estar saliendo, finalmente le pedí que fuera mi novio. Fue aquí en Querétaro, pues yo había venido a arreglar unas cosas de la escuela (mi horario, para variar) y él me acompañó. Ese día pusimos una película en mi cuarto y nos acostamos a verla, y conforme fue pasando el tiempo no me pude resistir. Al final, mientras le daba un beso, fue cuando me animé a decírselo. Obviamente, me dijo que sí.

Duramos mes y medio, y durante ese tiempo yo estaba en verdad empezando a enamorarme profundamente de él. Recuerdo ahora nuestra frase, "Siempre juntos contra viento y marea". Y justo hablando de él se pone una canción que le dediqué, Mi credo. Extraña coincidencia, ¿no? Mañana termino de hablar de él, por ahora estoy muy cansado.

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