sábado, 20 de septiembre de 2008

Jueves 18 de septiembre de 2008

15:42

Y simplemente sigo sin aprender. O sea, no puedo evitar cometer una y otra vez el mismo error, a pesar de saber que estoy equivocado. Lo peor de todo es que estoy conciente de la situación y sé que no debería hacerlo, pero sigo cayendo una y otra vez. A estas alturas, aún no soy capaz de comprender perfectamente que no debo dejarme guiar por mis pasiones, instintos e impulsos del momento, que debo razonar un poco más lo que hago. A estas alturas ya sé que mis impulsos son malos y mi razón es la adecuada. Pero no puedo evitar recaer... a fin de cuentas, tampoco puedo guiarlo todo por la razón.

De acuerdo, se trata de un equilibrio que debo aprender a tener, pero no asimilo todavía cuál momento es el adecuado para cada cosa. Siempre (o casi siempre) uso la razón donde no va, y los impulsos donde no corresponden. Discurrir en esto y los momentos donde me ha pasado sería una discusión filosófica, ética y moral que prefiero evitar. Pero creo que es necesario explicar un poco de lo que ocurre, y esto tiene que ver con el G5 (como llamaré a mis pretendientes por comodidad).

Iniciemos con los más sencillos y menos problemáticos (o no tanto). Supongo que el menos problemático y más evasible es Adrián. En primer lugar, vive fuera de Querétaro, y en segundo, sólo hemos hablado vía messenger. Una relación de este tipo no puede ser TAN (recalco esa palabra por hechos que comentaré después) peligrosa. Siempre es más fácil cortar la comunicación y más difícil querer o enamorarse de alguien (aunque a veces pasa). Aunque me cae bien el niño, siento que quizá las cosas no funcionarían, o tal vez sí, dado que tenemos cosas en común con las que nos entendemos. Quizá si no hubiese sido desplazado lo pudiese haber considerado más.

El siguiente en la lista es Jezüz (lo escribo así para diferencialo, además que es como aparece su nombre en el hi5). Es amigo de Jorge, uno de los 12 (mis exnovios). Por cierto, cabe mencionar que él es el actual novio de Javi, el cual mencioné el día de ayer. A pesar de tampoco haberlo visto en persona, las cosas con él se complican por tres situaciones: 1- Él de verdad está trás de mí (Jorge lo confirmó). 2- Es muy amigo de Jorge, lo cual es problemático. 3- Ya me invitó a salir al antro mañana (con Jorge y Javi... lo que menos necesito ahora). La verdad, en este caso tabién tengo dos fuertes ventajas: 1- No siento atracción por el niño. 2- No le he dado alas. Eso puede facilitarme las cosas para quitármelo de encima.

El siguiente en la lista es Carlos, el cual se diferencia de los demás por ser mayor que yo y por haber sido hasta ayer el que tenía mi verdadero interés. A él lo conocía en el antro y las cosas se dieron solas al segundo jueves que lo vi. Esperaba con él llevar algo más tranquilo, que se fuera dando poco a poco, y así parecía ser. El problema surgió cuando empezó a evitar (o eso creo) las salidas. Lo vi el lunes de la semana pasada, el 8, y de ahí no he sabido más de él. Entiendo que debe estar ocupado con muchas cosas, pero cuando alguien tiene interés siempre hay un modo. Ya he pasado por una situación parecida con César (otro de los 12) y no pienso volver a caer ahí. Se trata de dos, no de uno, así que no tengo por qué insistir más de lo necesario. Ayer volvió a rechazar una de las salidas. Ya no le mandaré mensaje. Si lquiere algo, es su turno de buscarme.

Ahora es cuando viene la parte complicada con los dos restantes. El primero es LEo, que lo pongo primero porque conlleva menos problemas, aunque es el nuevo centro de mi interés. A él ya lo conozco de tiempo atrás, pero las cosas se nos comenzaron a dar ahorita. La verdad, me cautiva la forma de ser de ese iño, además de que se me hace lindo físicamente, o más bien, de cara (por cierto, adoro su pelo). Hoy lo vi, fui a su escuela por él y de ahí nos fuimos al centro. Terminamos en "El rincón de los sentidos" tomándonos un café, sentados en unos cojines en el suelo. Una cosa llevó a la otra. La plática, el juego, la cercanía, el abrazo,... el beso. No lo pude evitar, me dejé llevar (el problema menor de mis impulsos). La verdad lo disfruté, estuve a gusto con él y siento que podría llegar a gustarme más. Realmente no quería dejarlo hoy, pero lo tuve que acompañar a su clase de ballet y dejarlo ahí, por un lado por mi falta de dinero (tuvo que prestarme para pagar la cuenta, sólo quince pesos), por otro, por causa del otro pretendiente. Siento honestos, tengo verdadero interés en él y me gustaría andar con él. Pero es aquí donde entra el problema mayor de mis impulsos.

Jesús (o Chucho) es el último de la lista y el de mayor riesgo. ¿La razón? Renta un cuarto en la misma casa que yo. En otras palabras, vive conmigo, literalmente. Las cosas con él fueron raras. De inicio, yo suponía que era gay y lo comprobé un día que me prestó su lap para un trabajo y leí sus conversaciones. Ya lo sé, no debería hacerlo pero... la curiosidad fue demasiado fuerte. Tiempo después, lo vi un día en las compus de la escuela, platicamos, me pasó su mail y de ahí vino lo demás. Al inicio yo lo veía con intención de amigos y nada más, ya que siendo honestos no me atrae físicamente. Vino un día a mi cuarto, el martes 9 para ser exactos, y estuvimos platicando. Supongo le gustaba ya, y con mi actitud (siempre cariñoso con los amigos y aparte coqueto por naturaleza) terminé de darle alas. Yo también me dejé llevar, y entre juego y juego cada vez terminamos más cerca. Finalmente, el viernes pasado, ras platicar y jugar un momento, nos "dormimos" muy cerca el uno del otro. Y el besó llegó solo. Quizá pude haberlo detenido ahí (error número uno de mis impulsos), pero dejé que las cosas siguieran. Ayer vino a mi cuarto a verme y todo empezó. El beso, el faje, las caricias, etc. La verdad me sentía bien anoche con él y estaba a gusto, pero supongo que es desahogo de mi soledad. No sería la primera vez que me pasa algo así y cometo una tontería por dejarme llevar en el momento. Como sea, no lo detuve e incentivé el asunto (error número dos de mis impulsos). Terminamos viendo la tele y hablándonos bonito, y aquí vino la siguiente metida de pata. Entre una cosa y otra le pedí que fuera mi novio y obviamente aceptó (error número tres de mis impulsos). Todo estuvo tranquilo y bien hasta ahí por un rato, pero conforme seguimos en lo nuestro, se me ocurrió otra tontería: decirle "Te quiero" (error número cuatro de mis impulsos. ¡K.O.!). Y ahora... no sé qué hacer. Podría mantenerlo un tiempo (1 mes, mi promedio) y luego cortar. Pero con Leo en la jugada (luego del beso de hoy) las cosas se complican mpas y más.

Aún no entiendo que mis impulsos son malos, no sé decir que no y detener a los demás y a mí. Siento que el mayor problema reside en mi dificultad de enfrentar la soledad, y que en el primer momento de llenarla caigo redondito. En otras palabras, si me hablan bonito me rindo. Soydemasiado fácil a veces, pero siempre (o casi siempre) es por esa necesidad de cariño que tengo. Supongo que se remonta a Javi y mi relación con él... dejó un hueco muy grande que siempre busco llenar y no puedo. ¿Hasta tal punto me afectó él? Ojalá las cosas fueran más fáciles... y podrían serlo, si no me empeñara en complicarlas. A lo mejor no lo hago con intención, pero lo hago a fin de cuentas.

Seamos políticos y maquiavélicos. Prefiero (y creo que me conviene) estar con Leo. Además, por otro lado, soy influenciable por el físico y las opiniones de mis amigos, y Leo tiene más puntos en ambas cuestiones. Y debo admitir que hay un factor más que infuye: Javier. Quisiera un novio con el que pudiera despertarle cirtos celos, o al menos demostrarle que mi novio es mejor que el suyo. Su opinión respecto a mi novio es la que más me importa. Y siendo honestos, Chucho no sería la mejor opción para ello. Sonaré muy superficial, y quizá lo soy, pero así soy yo y no lo puedo evitar.

Lo sé, me he metido en camisa de once varas como por enécima vez, y sigo sin aprender mi lección. Quizá ahora que puedo reflexionar todo esto, causas, motivos y demás, pueda aprender algo más y ser un poco más razonable en el futuro. De momento sólo tengo una preocupación e interés... resolver el asunto entre Chucho y Leo. Tendré que planear y pesar mucho, hacerlo con cuidado y astucia, y mucho ingenio, si quiero lograr mi objetivo y salir lo mejor parado posible.

¿Y qué es la soledad
sino el descubrimiento de uno mismo?
¿Y qué es la soledad
sino encontrarse consigo?

Pero tenemos miedo,
miedo a conocernos,
miedo a la verdad,
a que caiga la máscara.

Miedo a la soledad,
porque no sabemos estar solo,
no sabemos tratarla,
no sabemos nada.

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